miércoles, 11 de mayo de 2016

El ciclo "Otro modo de ver el cine"


Un Nuevo Renoir presenta:



El Club del Cine – La Salle”
[mayo/junio 2016]

proyecciones en La Salle-Gran Vía, C/Santa Teresa de Jesús, 23. Zaragoza.




Dossier de Prensa:
Arranque del ciclo “Otro modo de ver el cine”


etiqueta en twitter: #otromododeverelcine


Un cine cerrado es otro sueño que no encuentra a su dueño”
(David Trueba)



Un calabozo

(…)
ZACH (en alemán): ¿Qué es lo que está usted haciendo?
MARÉCHAL (desconsolado): ¿Yo? … Un agujero …
¡Sí, sí, sí! ¡Un agujero, para evadirme!

(de “La gran ilusión”, Jean Renoir)




"Si se logra, con películas de un valor artístico indiscutible (¡sí, existen!),
reconstruir algo que se parezca a un gusto, se habrá hecho mucho más para
resistir a las malas películas y a las películas peligrosas, (...)"
(de “La hipótesis del cine”, Alain Bergala)




La premisa: “Cinéfilo a cinéfilo”:


El punto de partida de la propuesta es recuperar el espíritu desvanecido de la iniciativa Un Nuevo Renoir y el consecutivo, del proyecto de La Gran Ilusión, integrándolos al actual Cine-Club La Salle de Zaragoza, uniendo fuerzas, planteando una búsqueda cinéfilo a cinéfilo, para armar un espacio en la ciudad que entienda el cine como arte, como educación, frente a la invasión de un cine de pensamiento único, el cine de consumo.


Concepto de “El Club del Cine”:


La pretensión es la de un Cine-Club que sólo parte del cine, para unirse al territorio de los libros, de la curiosidad, de la imaginación, del deseo de saber, apostando por el cine en versión original, el cine español, el cine europeo y el cine independiente en general, los documentales, la recuperación de clásicos y cine para formar a niños y jóvenes, con atención especial a todo lo que signifique una programación que apueste por el cine como actividad artística y más en especial, de formación y educación.

Ha de surgir así la participación de cineastas, involucración de los cinéfilos y ciudadanos de Zaragoza, coloquios y presentaciones de películas y documentales, retrospectivas y ciclos.

El espíritu, sin ánimo de lucro, ha de generar en definitiva un espacio de exhibición cinematográfica que enorgullezca a la institución La Salle, convirtiéndolo en puntal distintivo, Cine-Club que representa lugar, pero también la posibilidad de una sociedad de ciudadanos de Zaragoza, basado en el apoyo de los futuros socios de El Club del Cine, simpatizantes, amigos, fundadores y benefactores a través del mecenazgo.

Es pues una iniciativa enfocada siempre hacia el mundo del cine y la cultura, donde predomine una programación especializada y de calidad que apenas existe en Zaragoza, con la mayoría de salas proyectando cine de consumo y enorme escasez de otros tipos de cine, del cine del pasado, que ha de hacerse también presente.

En la necesidad de un cine distinto, la respuesta implica sinergias con espacios y personas que buscan otra Zaragoza, otra ciudad mejor, que buscan cine independiente, de autor, no comercial, cine clásico, cortometrajes, ciclos, encuentros con cineastas y actores, talleres, etc... Surgirá así la posibilidad de edición de cuadernos, pequeñas tiradas de libros en edición no venal, creación de una pequeña biblioteca de cine, libros electrónicos disponibles a través de un dominio y sitio en la Red, lugar de publicación de un informe anual económico y de las actividades de El Club del Cine. Se pretende también la implicación de los estudiantes, como voluntarios y partícipes para la difusión, mejora y actividad cotidiana del Cine Club.

Ha de estar por ello abierto a pases a otros colegios, colaboración con otras entidades, empresas o grupos profesionales de la ciudad, ciclos conjuntos, pases ambulantes en otros espacios, presentación de programación, ciclos, homenajes o retrospectivas, festivales y eventos.

No hay atajos: la suma de socios, la fuerza del Cine-Club ha de surgir cinéfilo a cinéfilo, pase a pase, para crear un sentido de cine, la creación de un gusto, una invitación a los jóvenes a la formación en el cine como arte. El escritor y docente Alain Bergala se ha referido a una actuación como “antídoto frente a la crasa estupidez y a la fealdad agresiva de la mayoría de los programas de televisión que no provienen de un imaginario del cine”. El cine ha de ser herramienta de comunicación y no sólo una mercancía.



La financiación


El arranque económico implica una inversión inicial y la aportación de la sala de actos del Colegio La Salle Gran Vía de Zaragoza. El nombre del Cine-Club es el de la institución, La Salle, que es el que permite iniciarlo, el que le da un lugar, una sede.

A partir de ahí, de los cinéfilos, pueden surgir los socios del Cine-Club. Tras la creación de un núcleo pueden surgir los carnets del Cine-Club, identificación del espíritu sin ánimo de lucro, pero también base para encontrar personas y entidades que aporten capital para el mantenimiento y superación en sus actividades y programación.

En la fase inicial, es esencial la importancia de la gestión económica y contable desde el departamento económico de La Salle, estableciendo una cuenta anual de ingresos y gastos de El Club del Cine. Una aportación inicial de la institución La Salle para la coordinación de la primera anualidad puede ser la base para sumar a partir de ahí otras aportaciones, de individuos, empresas y fundaciones que se añadan a la mercadotecnia del Cine-Club.

Los gastos, siempre en equilibrio con los ingresos, con responsabilidad social corporativa, no pensando en un beneficio económico, parten de la idea de ser un Cine-Club sin ánimo de lucro. Esos gastos irían destinados a la gestión y programación de El Club del Cine, preparación de estrategias y establecimiento de contactos, trabajo diario, posibles estrenos en la ciudad, cursos, transportes, mejora e inversión en audiovisuales o equipamientos, etc...

El organigrama


Unido a un posible equipo colaborativo que surge cinéfilo a cinéfilo, de periodistas, abogados, escritores, médicos, profesores, etc... ha de existir una dirección económica de partida, enclavada en la institución La Salle.

A ello se uniría una dirección del Cine-club en la que también estarían, en la programación y organización, los impulsores, abriendo esa organización a futuros voluntarios.

No se trata de una competición con la gran red de cines comerciales de la ciudad, sino una base para el cine como arte, unido a la sala de exposiciones del colegio, perfectamente ubicado, como sede (c/ Sta Teresa de Jesús, 23, junto a la Plaza de San Francisco) comunicada por transporte público (autobús, tranvía) y de fácil acceso para personas con discapacidades. Las proyecciones se enmarcarían inicialmente en viernes tarde, con la opción de abrir a pases puntuales el resto de días de la semana.

El éxito depende de los ciudadanos, cinéfilos que entiendan el impacto de la educación y la cultura en el progreso de una ciudad como Zaragoza, las oportunidades de reputación y prestigio derivadas de una programación que distinga el espacio del Cine-Club, la Salle. A partir de ahí surgirán los socios, individuales, pero también aportaciones empresariales que enriquezcan y den fuerza a El Club del Cine. Y desde ahí se proyectará la relación y cooperación con otros cines de la ciudad que buscan esa vía, que necesita comunicación constante con ellos y con festivales y cines de otros lugares.





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