martes, 24 de mayo de 2016

"Otro modo de ver el cine": EL ÚLTIMO REFUGIO (High Sierra) (Raoul Walsh, 1941)

*El ciclo de arranque: “Otro modo de ver el cine”.

Proyecciones de Mayo/Junio 2016:
Colegio La Salle-Gran Vía (c/ Santa Teresa de Jesús, 23, Zaragoza)


*El último refugio (High Sierra) (Raoul Walsh, 1941) Int. Ida Lupino, Humphrey Bogart.
Guión: John Huston & William R. Burnett basado en la novela homónima de William R.
Burnett.
(27Mayo 2016, 17.30h. Proyección en V.O.S.E.  Coloquio posterior con los críticos Enrique Abenia y Carlos Gracia).

Sinopsis: Tras salir de prisión, Roy Earl (Humphrey Bogart) da un paseo por el parque. Pero es
sólo el preludio de una persecución, de un acorralamiento en el que se ve empujado a
organizar un atraco.

(…) La mayor parte de la película transcurría en la alta sierra, un lugar cercano a Mount
Whitney, a once mil pies de altura. La historia narraba la persecución constante a la que
Bogart es sometido, iniciándose en el desierto y terminando en las rocas más altas de la
montaña. Aquella fue la persecución más larga que rodé en mi vida (…)
Raoul Walsh

(…) El último refugio demuestra que Raoul Walsh está lejos de ser el sencillo “director de
acción” de películas trepidantes, de artesanía exacta y contenido escaso. Una visión más
cercana revela una riqueza de temas transfílmicos y obsesiones que marcan una producción
de más de 120 películas (su longevidad y productividad hacen de él un Víctor Hugo del cine
americano) pero también revelan las estrategias de Hollywood y su transformación desde el
período mudo hasta los años sesenta. La película es un complejo estudio de la visibilidad
oculto en lo que es un melodrama de acción, trepidante y cautivador.
Tom Conley, “International Dictionary of Films and Filmmakers, Chicago y Londres, St. James

Press, 1984”.

miércoles, 11 de mayo de 2016

"Otro modo de ver el cine": MALA RACHA (José Luis Cuerda, 1985)

*El ciclo de arranque: “Otro modo de ver el cine”.

Proyecciones de Mayo/Junio 2016:
Colegio La Salle-Gran Vía (c/ Santa Teresa de Jesús, 23, Zaragoza)



RECUERDO DE SANCHO GRACIA: 20 de Mayo de 2016, 17.30horas. Entrada libre. Invitaciones disponibles en portería del Colegio La Salle-Gran Vía.
*Mala Racha (José Luis Cuerda, 1985) Int. Sancho Gracia, Fernando Valverde, Terele Pávez, Eufemia Román, Miguel Rellán, Manolo Zarzo.

Sinopsis: Arenal (Sancho Gracia) es un veterano boxeador al que se le cierran las puertas, al que dan la espalda. Intentará encontrar un combate para ganar, buscando una nueva oportunidad.

Proyección de la película: 17.30horas. A continuación, coloquio con el director de la película, José Luis Cuerda. También contaremos con la presencia del director y guionista Manolo Matji.


 “El cine es mirar, saber mirar, saber expresar con los ojos lo que quiere el director, lo que quiere el momento; el cine es la cámara, es la luz”.
Sancho Gracia



Llamo hoy a José Luis y rápidamente nos ponemos a charlar. Me cuenta la alquimia que crea la trama de Mala Racha. La película parece situarse en un ámbito intemporal; quedo pensando que es quizá aragonesa, goyesca (del mejor Goya, el de las Pinturas Negras); es su obra más proscrita y al mismo tiempo posiblemente la mejor, apenas proyectada en cines, alojada por tanto en un sótano un tanto escondido, el lugar que alberga algunas de las obras más importantes del cine español.

El joven cineasta, José Luis Cuerda, para describir el gran combate -el que a todos nos afecta, el de la dignidad-, se rodea de varios de los mejores materiales de nuestro cine, nuestros intérpretes: ahí están Terele Pávez, un inmenso Tito Valverde y el protagonismo de nuestro actor-bandolero, el que marcó a muchos de mi generación de modo decisivo: Sancho Gracia.

La película vuelve a los cines, en un nuevo estreno, más de treinta años después, en Zaragoza, para crear una prestidigitación: el Recuerdo de Sancho Gracia. En 2016, José Luis Cuerda afirma haber perdido peso, pero su altura como cineasta siempre siguió intacta, capaz de contar nuestras tragedias, uniendo Mala Racha con La lengua de las mariposas y Los girasoles ciegos.

Sugiere dos películas, dos títulos imprescindibles, para un ciclo que se desarrollará en el tiempo, otra trilogía, que une su Mala Racha con Le Caporal Épinglé de Renoir y Un condenado a muerte se ha escapado, de Bresson.

Ojalá los socios de El Club del Cine, los que provienen de los cine-clubes franceses, pero hechos a nuestra manera, con otro modo de ver el cine, lo hagan posible. Hasta entonces, nos quedamos maltrechos como boxeadores, intentando recuperar, retomar fuelle, coger aire tras la proyección de Mala Racha.
Sergio Casado



Creo que Sancho Gracia es duro y frágil como el cristal, lo que no se ve a simple vista porque además es inteligente, y la inteligencia, por suerte, lo empaña todo antes de iluminarlo; y más que todo, los cristales; tan duros, tan frágiles y tan simplones. Esta suma es la que tuve en cuenta para ofrecerle el protagonista de Mala Racha: un boxeador acabado, perplejo ante sus posibilidades profesionales, que sólo le permitirán el dudosísimo éxito del triunfo si mata, y perplejo ante su vida sentimental, en la que se ha instalado una cría que lo zarandea entre sus dientes como un mastín a un chiguagua; mastín, ella; chiguagua, él. Por las tuberías subterráneas que unen estas cloacas del alma transita Sancho en Mala Racha magistralmente. Algunos dicen que es mi mejor película y añaden que también es la mejor de Sancho. Yo sé que él es ahora, frágil, duro e inteligente, es uno de los mejores actores que tenemos, y que le quiero como a un amigo sensibilísimo y solícito. Él sabe el gusto que me da oír por teléfono su voz telúrica cuando dice: “Jose”, acentuando la “o”, “¿cómo estás?”.
José Luis Cuerda
(extraído del libro “Sancho Gracia. La fuerza del bandolero melancólico.”, Juan Cruz, Ocho y Medio, Festival de Cine de Huelva, 2005).



(...) Con Mala Racha, José Luis despuntó su talento como director, que como guionista, a mi entender, ya lo tenía. El protagonista de la película era un boxeador caduco, de estos que tienen ya una edad y le vienen a buscar para una serie de peleas en las que un poco existen en algunos ambientes, Asia sobre todo, con animales, gallos, perros y también hombres. Las peleas eran a matar, a morir. (...)”
Sancho Gracia
(extraído del libro “Sancho Gracia. La fuerza del bandolero melancólico.”, Juan Cruz, Ocho y Medio, Festival de Cine de Huelva, 2005).





NUEVO DÍA


Después de tantos días sin camino y sin casa
y sin dolor siquiera y las campanas solas
y el viento oscuro como el del recuerdo
llega el de hoy.

Cuando ayer el aliento era misterio
y la mirada seca, sin resina,
buscaba un resplandor definitivo,
llega tan delicada y tan sencilla,
tan serena de nueva levadura
esta mañana...

Es la sorpresa de la claridad,
la inocencia de la contemplación,
el secreto que abre con moldura y asombro
la primera nevada y la primera lluvia
lavando el avellano y el olivo
ya muy cerca del mar.

Invisible quietud. Brisa oreando
la melodía que ya no esperaba.
Es la iluminación de la alegría
con el silencio que no tiene tiempo.
Grave placer el de la soledad.
Y no mires el mar porque todo lo sabe
cuando llega la hora
adonde nunca llega el pensamiento
pero sí el mar del alma,
pero sí este momento del aire entre mis manos,
de esta paz que me espera
cuando llega la hora
—dos horas antes de la media noche—
del tercer oleaje, que es el mío.

Claudio Rodriguez
(incluido en “Versos Bandoleros”, de Manolo Matji)





El ciclo "Otro modo de ver el cine"


Un Nuevo Renoir presenta:



El Club del Cine – La Salle”
[mayo/junio 2016]

proyecciones en La Salle-Gran Vía, C/Santa Teresa de Jesús, 23. Zaragoza.




Dossier de Prensa:
Arranque del ciclo “Otro modo de ver el cine”


etiqueta en twitter: #otromododeverelcine


Un cine cerrado es otro sueño que no encuentra a su dueño”
(David Trueba)



Un calabozo

(…)
ZACH (en alemán): ¿Qué es lo que está usted haciendo?
MARÉCHAL (desconsolado): ¿Yo? … Un agujero …
¡Sí, sí, sí! ¡Un agujero, para evadirme!

(de “La gran ilusión”, Jean Renoir)




"Si se logra, con películas de un valor artístico indiscutible (¡sí, existen!),
reconstruir algo que se parezca a un gusto, se habrá hecho mucho más para
resistir a las malas películas y a las películas peligrosas, (...)"
(de “La hipótesis del cine”, Alain Bergala)




La premisa: “Cinéfilo a cinéfilo”:


El punto de partida de la propuesta es recuperar el espíritu desvanecido de la iniciativa Un Nuevo Renoir y el consecutivo, del proyecto de La Gran Ilusión, integrándolos al actual Cine-Club La Salle de Zaragoza, uniendo fuerzas, planteando una búsqueda cinéfilo a cinéfilo, para armar un espacio en la ciudad que entienda el cine como arte, como educación, frente a la invasión de un cine de pensamiento único, el cine de consumo.


Concepto de “El Club del Cine”:


La pretensión es la de un Cine-Club que sólo parte del cine, para unirse al territorio de los libros, de la curiosidad, de la imaginación, del deseo de saber, apostando por el cine en versión original, el cine español, el cine europeo y el cine independiente en general, los documentales, la recuperación de clásicos y cine para formar a niños y jóvenes, con atención especial a todo lo que signifique una programación que apueste por el cine como actividad artística y más en especial, de formación y educación.

Ha de surgir así la participación de cineastas, involucración de los cinéfilos y ciudadanos de Zaragoza, coloquios y presentaciones de películas y documentales, retrospectivas y ciclos.

El espíritu, sin ánimo de lucro, ha de generar en definitiva un espacio de exhibición cinematográfica que enorgullezca a la institución La Salle, convirtiéndolo en puntal distintivo, Cine-Club que representa lugar, pero también la posibilidad de una sociedad de ciudadanos de Zaragoza, basado en el apoyo de los futuros socios de El Club del Cine, simpatizantes, amigos, fundadores y benefactores a través del mecenazgo.

Es pues una iniciativa enfocada siempre hacia el mundo del cine y la cultura, donde predomine una programación especializada y de calidad que apenas existe en Zaragoza, con la mayoría de salas proyectando cine de consumo y enorme escasez de otros tipos de cine, del cine del pasado, que ha de hacerse también presente.

En la necesidad de un cine distinto, la respuesta implica sinergias con espacios y personas que buscan otra Zaragoza, otra ciudad mejor, que buscan cine independiente, de autor, no comercial, cine clásico, cortometrajes, ciclos, encuentros con cineastas y actores, talleres, etc... Surgirá así la posibilidad de edición de cuadernos, pequeñas tiradas de libros en edición no venal, creación de una pequeña biblioteca de cine, libros electrónicos disponibles a través de un dominio y sitio en la Red, lugar de publicación de un informe anual económico y de las actividades de El Club del Cine. Se pretende también la implicación de los estudiantes, como voluntarios y partícipes para la difusión, mejora y actividad cotidiana del Cine Club.

Ha de estar por ello abierto a pases a otros colegios, colaboración con otras entidades, empresas o grupos profesionales de la ciudad, ciclos conjuntos, pases ambulantes en otros espacios, presentación de programación, ciclos, homenajes o retrospectivas, festivales y eventos.

No hay atajos: la suma de socios, la fuerza del Cine-Club ha de surgir cinéfilo a cinéfilo, pase a pase, para crear un sentido de cine, la creación de un gusto, una invitación a los jóvenes a la formación en el cine como arte. El escritor y docente Alain Bergala se ha referido a una actuación como “antídoto frente a la crasa estupidez y a la fealdad agresiva de la mayoría de los programas de televisión que no provienen de un imaginario del cine”. El cine ha de ser herramienta de comunicación y no sólo una mercancía.



La financiación


El arranque económico implica una inversión inicial y la aportación de la sala de actos del Colegio La Salle Gran Vía de Zaragoza. El nombre del Cine-Club es el de la institución, La Salle, que es el que permite iniciarlo, el que le da un lugar, una sede.

A partir de ahí, de los cinéfilos, pueden surgir los socios del Cine-Club. Tras la creación de un núcleo pueden surgir los carnets del Cine-Club, identificación del espíritu sin ánimo de lucro, pero también base para encontrar personas y entidades que aporten capital para el mantenimiento y superación en sus actividades y programación.

En la fase inicial, es esencial la importancia de la gestión económica y contable desde el departamento económico de La Salle, estableciendo una cuenta anual de ingresos y gastos de El Club del Cine. Una aportación inicial de la institución La Salle para la coordinación de la primera anualidad puede ser la base para sumar a partir de ahí otras aportaciones, de individuos, empresas y fundaciones que se añadan a la mercadotecnia del Cine-Club.

Los gastos, siempre en equilibrio con los ingresos, con responsabilidad social corporativa, no pensando en un beneficio económico, parten de la idea de ser un Cine-Club sin ánimo de lucro. Esos gastos irían destinados a la gestión y programación de El Club del Cine, preparación de estrategias y establecimiento de contactos, trabajo diario, posibles estrenos en la ciudad, cursos, transportes, mejora e inversión en audiovisuales o equipamientos, etc...

El organigrama


Unido a un posible equipo colaborativo que surge cinéfilo a cinéfilo, de periodistas, abogados, escritores, médicos, profesores, etc... ha de existir una dirección económica de partida, enclavada en la institución La Salle.

A ello se uniría una dirección del Cine-club en la que también estarían, en la programación y organización, los impulsores, abriendo esa organización a futuros voluntarios.

No se trata de una competición con la gran red de cines comerciales de la ciudad, sino una base para el cine como arte, unido a la sala de exposiciones del colegio, perfectamente ubicado, como sede (c/ Sta Teresa de Jesús, 23, junto a la Plaza de San Francisco) comunicada por transporte público (autobús, tranvía) y de fácil acceso para personas con discapacidades. Las proyecciones se enmarcarían inicialmente en viernes tarde, con la opción de abrir a pases puntuales el resto de días de la semana.

El éxito depende de los ciudadanos, cinéfilos que entiendan el impacto de la educación y la cultura en el progreso de una ciudad como Zaragoza, las oportunidades de reputación y prestigio derivadas de una programación que distinga el espacio del Cine-Club, la Salle. A partir de ahí surgirán los socios, individuales, pero también aportaciones empresariales que enriquezcan y den fuerza a El Club del Cine. Y desde ahí se proyectará la relación y cooperación con otros cines de la ciudad que buscan esa vía, que necesita comunicación constante con ellos y con festivales y cines de otros lugares.