El 10 de
mayo de 2012, los cines Renoir Audiorama de Zaragoza cerraban sus
puertas, en una primavera que veía también el cierre de Renoir
Palma (Mallorca) y de Renoir Les Corts (Barcelona). Algunos de
los trabajadores de las salas de Zaragoza asistimos a la pérdida de
nuestros empleos, además de la pérdida de unas salas que habían
sido un referente para los amantes de la versión original desde su
inauguración y que en sus últimos años habían ido languideciendo
sometidas al cine doblado y a una programación y gestión cada vez
más errática.
La rápida
actuación de cinéfilos de Palma de Mallorca propició el rescate de
Renoir Palma, un año después reflotado (“Cineciutat”) bajo una
nueva estrategia, cooperativa, protegiendo el cine en versión
original, los ciclos de cine clásico y una iniciativa que creímos
era la que Zaragoza merece, saturada de salas que sólo creen en la
exhibición de cine desde un único sentido.
Elena
Sánchez, Oscar Cubel y Sergio Casado han sido los impulsores de la
iniciativa “Un Nuevo Renoir”, destinada a concienciar a la ciudad
de Zaragoza de la necesidad de unas salas protegidas por los
cinéfilos, mantenidas económicamente por sus socios y benefactores,
en versión original, destinadas a entretener pero también a formar
a nuevas generaciones de cinéfilos, por medio de una cooperativa sin
ánimo de lucro, ideada con la concepción artística del cine como
prioridad y seña de identidad.
“Un Nuevo
Renoir” es una idea que pretende hacer reflexionar a la ciudad,
sobre lo que es y lo que desea ser en el futuro, el tipo de ciudad
que pretende ser. Hemos buscado la energía para intentar
comunicarnos con la ciudad, con sus cinéfilos, por medio de las
redes sociales, de la prensa que se ha interesado, de personas de la
cultura y de la gestión económica. Hemos buscado aliados, como el
Instituto Aragonés de Fomento, que se interesó por nosotros y nos
aportó la colaboración de Pedro Pardo, en primer término, y a
continuación, del profesor de economía Juan Royo, cuyo empuje
desinteresado nos ha mantenido atentos y a flote.
Las salas
Renoir Audiorama fueron desmanteladas. No hay patio de butacas.
Hay una necesidad de adaptación a la proyección digital. El coste
mínimo de un equipamiento en condiciones para una sola sala,
digital, implica una inversión de más de cincuenta mil euros.
Planteamos un proyecto a la empresa Servoeléctrico, que instaló los
equipamientos y los mantuvo, durante años, de Renoir Audiorama. Su
asesoramiento y presupuesto, que hicieron para nosotros
altruistamente, contemplaba las indicaciones para una sala
digitalizada, dos salas con videoproyectores y otra sala para
reuniones y eventos. A todo esto había que añadir
acondicionamiento de salas y equipamientos, con costes que superarían
un mínimo de doscientos mil euros.
Por
supuesto, es decisivo el coste del alquiler de las salas de los
porches de Audiorama, que sería un gasto anual que los socios y
benefactores deberían costear. Con un modelo de participación
similar al de Mallorca sería necesario un volumen de socios muy
superior al que la ciudad balear ha logrado.
Ha habido
formidables respuestas, correos electrónicos, seguimiento en redes
al proyecto de “Un Nuevo Renoir”. También hemos tenido quien
nos ha ignorado, nuestros enemigos en la sombra. Siempre los hay,
para cualquier proyecto. Pero hemos trabajado altruistamente
durante varios meses, informándonos, reuniéndonos con numerosas
personas intentando encontrar una salida para el proyecto.
El proyecto
no es inviable. Pero la respuesta de la ciudad ha de ser
inequívoca, con todos empujando, aliándose, para que pueda pasar
del sueño, de la imaginación, a la realidad, como en Palma de
Mallorca han logrado, revitalizando la ciudad y dotándola de unas
salas de cine distintas a las existentes, ilusionantes y que reflejan
el deseo de una sociedad mejor.
Nuestro
deseo es que algo así, una iniciativa así, cuaje en Zaragoza; para
ello es necesaria la participación, colaboración y fidelización de
todas las personas que deseen ser socios cooperativistas de este
proyecto.
Aunque el
proyecto no es inviable, son muchos los inconvenientes que nos
encontramos para poder crear un nuevo Renoir.
Un Nuevo Renoir (email: unnuevorenoir@gmail.com)
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